Comienza el countdown para la boda de una muy buena amiga.
Y por supuesto una de las primeras celebraciones es la de despedir la soltería.
Es divertido porque pasamos un pocotón de años quejándonos de ella y luego la despedimos con esta nostalgia del "mas nunca tendré sexo con alguien distinto al novio" y ahí no sé si cerrar con un signo de exclamación o interrogación.
Pero de qué va la soltería que tanto le teme a casarse ¿Que realmete despidimos?
Yo creo en la capacidad para romper todo aquel paradigma y esquema impuesto por la sociedad, y reinventarlo a nuestras anchas. Al final, lo ha inventado alguien igual a mí, es decir un ser humano terrenal y mundano.
El matrimonio y la soltería son dos de los conceptos que mas se han distorsionado, sobrevalorados por algunos y despreciados por otros. Pero independientemente de cuál sea tu percepción de dichos conceptos, lo importante es estar con alguien que la comparta contigo.
Volviendo a la despedida; nosotras elegimos una clase de Pole Dance, la que resulta súper útil, no sólo para la novia sino para las demás invitadas, solteras, casadas, divorciadas...
¿Qué nos ponemos para una clase de Pole Dance? Ropa cómoda, unos shorts van bien, para poder sujetarte del tubo con las piernas, unos tacones y toda la sensualidad. Pero yo diría mas bien qué nos tenemos que quitar: la pena, el puritanismo, lo mojigata y la inseguridad.
Préparate para divertirte, sacar tu lado felino, y que al día siguiente te duela todo.
Merece la pena