
Amo asumir retos, mientras mas díficiles, mas asustada pero mas motivada también.
Uno de los últimos que he asumido está directamente relacionado con la camarita esta Lomo de la que ya en otras publicaciones les he hablado.

Acostombruda a las digitales y a ver el resultado instantáneamente, se me ha hecho un poco díficil no sentirme frustrada cuando revelo un rollo y no es lo que esperaba.
Así fue la historia con este último que hice en el fin de semana pasado que pasé en Londres, junto a mi querida Tita.
Con sólo dos días, y con la fortuna de unos días soleados, hice fotos que pensé que saldrían geniales y me harían digna de ganar un puesto en la agencia Magnum ;) qué va! cometí un par de errores y el resultado fue bastante raro. Pensé que ninguna serviría. Sin embargo, unas cuantas salieron finas, y otras las pude trabajar.

La cosa hasta resultó terapeútica. Y es que a veces de sobrexposiciones o subexposiciones, aperturas de diafragma, tiempos de exposición y otros tecnicismos, hay que pasar un poco y no darles tanta importancia. La idea es divertirte, disfrutar con lo que haya, y quedarte con la experiencia, que no tiene precio. La espera es "esperosa", como suelen ser las esperas, pero dulce como la de los bebes, así el hijo no te salga tan agraciado lo amarás igual.
Aquí un par de las que mas me gustaron, y son el recuerdo analógico de una Londres soleada y calurosa, en días de Junio.




Y la señora salida directamente de un cuento de Dickens.