miércoles, 15 de junio de 2011

En los zapatos de Oliver Twist

Cuando me leí Olvier Twist, Charlie (Dickens) hizo posible que pudiese imaginar y hasta oler perfectamente a este personaje, ropa desgastada, remendada. A lo Chavo del 8 un poco. Y pues si, de olor poco agradable.
Pero cuando mi mami, en su último viaje a su tierra, Colombia, me trajo un par de zapatos hechos por mi Tío Raúl, pude concretar, en un objeto, todo aquello que algún tiempo imaginé. Sólo que era un Oliver, con algo de tacón y luego de un buen baño, ya mas o menos en la etapa final de la novela.



Me encantan, porque son poco presumidos, sin dejar de ser distintos, y tienen como un toque de inocencia , lo que hace que encuentre a este par irresistiblemente usables para todos mis domingos.

viernes, 10 de junio de 2011

En London con la Lomo




Amo asumir retos, mientras mas díficiles, mas asustada pero mas motivada también.
Uno de los últimos que he asumido está directamente relacionado con la camarita esta Lomo de la que ya en otras publicaciones les he hablado.



Acostombruda a las digitales y a ver el resultado instantáneamente, se me ha hecho un poco díficil no sentirme frustrada cuando revelo un rollo y no es lo que esperaba.
Así fue la historia con este último que hice en el fin de semana pasado que pasé en Londres, junto a mi querida Tita.
Con sólo dos días, y con la fortuna de unos días soleados, hice fotos que pensé que saldrían geniales y me harían digna de ganar un puesto en la agencia Magnum ;) qué va! cometí un par de errores y el resultado fue bastante raro. Pensé que ninguna serviría. Sin embargo, unas cuantas salieron finas, y otras las pude trabajar.


La cosa hasta resultó terapeútica. Y es que a veces de sobrexposiciones o subexposiciones, aperturas de diafragma, tiempos de exposición y otros tecnicismos, hay que pasar un poco y no darles tanta importancia. La idea es divertirte, disfrutar con lo que haya, y quedarte con la experiencia, que no tiene precio. La espera es "esperosa", como suelen ser las esperas, pero dulce como la de los bebes, así el hijo no te salga tan agraciado lo amarás igual.
Aquí un par de las que mas me gustaron, y son el recuerdo analógico de una Londres soleada y calurosa, en días de Junio.









Y la señora salida directamente de un cuento de Dickens.

De puertos bellos y de Portobello Road



Londres está lleno de mercadillos que merecen la pena visitarlos.
Si te gusta la ropa de segunda mano, vintage, interesante y única; Portobello Road, es una muy buena opción.
Totalmente LOVELY, y lleno de puesticos donde puedes conseguir prendas desde 5 libras. Desde vestidos a zapatos, desde sombreros a libros; en fin, un sinfin de cosas que otras personas ya no usan, pero que seguro a tí te iría excelente.
En la zona, hay una tienda pequeñita y poco pretenciosa a primera vista, completamente vintage y aborratada de mercancía sinigual e inspiradora. Bastante costosa eso sí, pero si te gusta el rollo de la ropa, debes entrar, es realmente mágica. Además si le dices al chico moreno que la atiende que eres de Venezuela, tiene una buena historia que contarte.
Si tienes la oportunidad de ir, internet ofrece toda la info sobre como llegar y otros detalles del mercadillo.